¿Cuántos casos no hay de personas que en realidad
no saben amar? Todo mundo cree que sabe amar porque ese
sentimiento que experimentan es, a su forma, lo que entienden como ‘amor’. No
conocen otra cosa.¿Pero cuál es la diferencia entre el amor maduro y el
amor inmaduro? Que el amor inmaduro o infantil piensa primero en sí mismo,
en su placer, en su propio bienestar, es egoísta y hasta caprichoso.
En función de qué tan bien se sientan con alguien, más creen que esa persona es merecedora de su amor, es yo yo yo, es ir por los antojos, por lo que te place y complace, no pensando en realidad en el otro.
El amor inmaduro no se da cuenta cuánto daño puede hacer cuando se encuentra en una relación con alguien que sí puede sentir otra clase de amor. Ni siquiera lo entiende o, si lo entiende y no se sabe preparado, huye de él por miedo. Prefiere un tipo de relación más superficial y placentera a enfrentarse con lo que tiene que cambiar en su vida.
En función de qué tan bien se sientan con alguien, más creen que esa persona es merecedora de su amor, es yo yo yo, es ir por los antojos, por lo que te place y complace, no pensando en realidad en el otro.
El amor inmaduro no se da cuenta cuánto daño puede hacer cuando se encuentra en una relación con alguien que sí puede sentir otra clase de amor. Ni siquiera lo entiende o, si lo entiende y no se sabe preparado, huye de él por miedo. Prefiere un tipo de relación más superficial y placentera a enfrentarse con lo que tiene que cambiar en su vida.
“No es lo
mismo te amo porque te necesito que te necesito porque te amo”. Hay
una gran diferencia que no me parece necesario explicar.
El amor infantil obedece al principio “Amo
porque me aman” y el maduro a “me aman porque amo”. Una
persona que no se ama primero a sí misma, que no se valora, no se respeta a
ella ni a su cuerpo, que se hace daño, que no se honra todos los días ni vive
como una persona digna siempre dándose su lugar, difícilmente sabrá lo que es
el verdadero amor. En el primer caso es como decir “con esta persona me la paso
bien, me complace, me da pasión, pues va…” me, me, me; en el
segundo caso, es saberte y reconocerte un ser valioso y que como tal, mereces a
alguien igual (para dar y recibir).
Una pareja que vive sustentada en el amor inmaduro,
es difícil que resista a duras pruebas que le pueda poner la vida. ¿Qué tal una
enfermedad terminal o alguien que perdió una parte del cuerpo? ¿Se quedaría a
pasar el resto de su vida contigo? ¿O cómo sabes que la persona con la que
estás no está contigo por interés, por un apego o la necesidad de no estar
solo? Esas respuestas las sabes cuando en verdad amas a una persona con la
plena certeza que te ama de la misma manera. Cuando la relación está basada en un
amor bien fundamentado y profundo. Cuando hay paz. Cuando no hay “te amos”
huecos.
Cuando
alguien ama de verdad, entrega, piensa siempre en el bien del otro, en hacer
las cosas bien, en amar con respeto, con admiración, con confianza, con
inspiración, le da un lugar prioritario a esa persona.
El amor maduro, real y verdadero, está al alcance de todos, no es exclusividad de unos cuantos, pero primero hay que reconocer si nuestra forma de amar corresponde a una forma egoísta y placentera y querer cambiarla. Y sobre todo, amarnos primero a nosotros mismos,. Cuando te amas, sabes que te mereces a alguien con tu misma capacidad de amar y de dar, y no aceptas otra cosa en tu vida.
El amor maduro, real y verdadero, está al alcance de todos, no es exclusividad de unos cuantos, pero primero hay que reconocer si nuestra forma de amar corresponde a una forma egoísta y placentera y querer cambiarla. Y sobre todo, amarnos primero a nosotros mismos,. Cuando te amas, sabes que te mereces a alguien con tu misma capacidad de amar y de dar, y no aceptas otra cosa en tu vida.