martes, 30 de junio de 2015

La vida es una cancha

Hoy fue una clase distinta a todas, le pedí un consejo a un gran profesor, el que me ayuda siempre en todo, el que siempre me motivo a seguir adelante, y porque no lo iba a hacer esta vez que necesitaba un consejo de alguien grande, que supiera... Le hice mi pregunta, y como todo profesor me dio una explicación en el pizcaron con miles de flechitas y signos.
Me hablo de los primeros 3 meses hasta los 6, de la diferencia entre la amistad con un amigo y tu novio, de divertirse, pasarla bien, de querer verse, de aprender a compartir, de vivir el uno para el otro, de los besos, los abrazos, todo lo lindo pero también existen las peleas, los enojos, y es cuando uno tiene que hacer la balanza. Esa balanza que tantas veces hice. Me invito a que la haga, que me tome ese tiempo, y le diga que era lo que ganaba; que hiciera una lista de las virtudes y los defectos. Si muy bien la hice por que la tengo mentalizada todos los días. En una puse los buenos momentos, los mejores quizás; y puse todo el amor que le tengo, esa locurita que me hace sentir. En la otra las peleas, celos, enojos  y pare de contar; solo vi lo que mas resaltaba, y como siempre gano las virtudes. El profesor nose si sorprendido me dijo “Jessica con tu manera de hablar, de explicar, esa expresión, estas enamorada” que novedad la mia, pero si, es asi enamorada de alguien que hoy esta lejos, que no lo siento, y quiere sentirme cerca.
Me pregunto cual era la virtud que mas me gustaba de el, lo pensé e instantánea fue la respuesta. Lo que mas resalto es esas ganas de seguir que tiene para con su sueño, esa garra que le pone de levantarse todas las mañanas frio o calor para estar a horario, para estar ahí como un soldado a cumplir, la valentina que le puso ese día que lo dejaron libre, y mis ganas de llorar cuando me dijo “así es el futbol jess, hay que levantarse y seguir” eso es lo que más admiro de este hombre, y lo que me hace verlo como lo veo, tan enamorada. Vi que lo hizo, se levantó y siguió como si no pasara nada, no se quejó, miro adelante y siguió por él, y por el sueño que lo ata con su abuelo. Quiero verlo triunfar en la vida, nose si veo que tiene todo el talento o soy yo que las dos veces que lo vi jugando, tocando la pelota se me cae la baba de lo enamorada, verlo. Ver si humildad para con sus compañeros siempre dispuesto a “dale, te paso a buscar y vamos juntos”. Quiero ser yo quien lo abrace cuando no lo citen, gritar los goles que haga, festejar cada pasada excelente, hacerle el desayuno cada vez que se va, esperarlo con la comida caliente y mil masajes, ir a verlo jugar y estar orgullosa de decir “ese es mi hombre” seguirlo hasta el fin del mundo solo por el, compartir el sueño y estar cuando más me necesite. Quiero todo el mundo del futbol viviendo de su mano.

Pero así como olvido una cancha, un equipo, tengo miedo de que me olvide a mí, que pase a ser un lugar más que le enseño, pero pudo seguir. Tengo miedo de que conmigo aprenda a jugar, pero gane con otra, que juegue otro amor. Miedo es lo que tengo, miedo y mucho.