Hoy fue una clase
distinta a todas, le pedí un consejo a un gran profesor, el que me ayuda
siempre en todo, el que siempre me motivo a seguir adelante, y porque no lo iba
a hacer esta vez que necesitaba un consejo de alguien grande, que supiera... Le
hice mi pregunta, y como todo profesor me dio una explicación en el pizcaron
con miles de flechitas y signos.
Me hablo de los
primeros 3 meses hasta los 6, de la diferencia entre la amistad con un amigo y
tu novio, de divertirse, pasarla bien, de querer verse, de aprender a
compartir, de vivir el uno para el otro, de los besos, los abrazos, todo lo lindo
pero también existen las peleas, los enojos, y es cuando uno tiene que hacer la
balanza. Esa balanza que tantas veces hice. Me invito a que la haga, que me
tome ese tiempo, y le diga que era lo que ganaba; que hiciera una lista de las
virtudes y los defectos. Si muy bien la hice por que la tengo mentalizada todos
los días. En una puse los buenos momentos, los mejores quizás; y puse todo el
amor que le tengo, esa locurita que me hace sentir. En la otra las peleas,
celos, enojos y pare de contar; solo vi
lo que mas resaltaba, y como siempre gano las virtudes. El profesor nose si
sorprendido me dijo “Jessica con tu manera de hablar, de explicar, esa expresión,
estas enamorada” que novedad la mia, pero si, es asi enamorada de alguien que
hoy esta lejos, que no lo siento, y quiere sentirme cerca.
Me pregunto cual era
la virtud que mas me gustaba de el, lo pensé e instantánea fue la respuesta. Lo
que mas resalto es esas ganas de seguir que tiene para con su sueño, esa garra
que le pone de levantarse todas las mañanas frio o calor para estar a horario,
para estar ahí como un soldado a cumplir, la valentina que le puso ese día que
lo dejaron libre, y mis ganas de llorar cuando me dijo “así es el futbol jess,
hay que levantarse y seguir” eso es lo que más admiro de este hombre, y lo que
me hace verlo como lo veo, tan enamorada. Vi que lo hizo, se levantó y siguió como
si no pasara nada, no se quejó, miro adelante y siguió por él, y por el sueño
que lo ata con su abuelo. Quiero verlo triunfar en la vida, nose si veo que
tiene todo el talento o soy yo que las dos veces que lo vi jugando, tocando la
pelota se me cae la baba de lo enamorada, verlo. Ver si humildad para con sus
compañeros siempre dispuesto a “dale, te paso a buscar y vamos juntos”. Quiero
ser yo quien lo abrace cuando no lo citen, gritar los goles que haga, festejar
cada pasada excelente, hacerle el desayuno cada vez que se va, esperarlo con la
comida caliente y mil masajes, ir a verlo jugar y estar orgullosa de decir “ese
es mi hombre” seguirlo hasta el fin del mundo solo por el, compartir el sueño y
estar cuando más me necesite. Quiero todo el mundo del futbol viviendo de su
mano.
Pero así como olvido
una cancha, un equipo, tengo miedo de que me olvide a mí, que pase a ser un
lugar más que le enseño, pero pudo seguir. Tengo miedo de que conmigo aprenda a
jugar, pero gane con otra, que juegue otro amor. Miedo es lo que tengo, miedo y
mucho.