domingo, 2 de octubre de 2011

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. 
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.